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lunes, 7 de marzo de 2011

Marzo 2011

Arriba, arriba, arriba
Jonás es un suricato, que un buen día decidió aprender a tocar la trompeta.
Fue a clases y resultó ser un virtuoso, ( que es aquel que aprende muy rápido y lo hace de maravilla) aprendió una sola canción, pero lo hacía tan bien, que Jonás pensó que era suficiente. 
Lo primero que hizo fue tocársela a la familia, para que oyeran lo que había aprendido.
Tomó la trompeta, le colocó la boquilla y se puso a tocarla a la orilla de la madriguera.
Ta rara raaaa, ta rara raaaa, raaaaaa, ta rara raaa, ra ra raaaaa.
Todos quedaron fascinados ante aquel sonido. (las trompetas si se tocan bien suenan estupendamente)
En la sabana era la primera vez que se escuchaba aquel sonido, ningún animal había oído jamás aquello;  por ese breve instante, los leones no cazaron a las gacelas, los guepardos dejaron en paz a los búfalos, y las hienas dejaron de reírse.
Los cocodrilos salieron del agua, los hipopótamos dejaron de mover las orejas y las jirafas pararon de comer hojas de acacia.
Cuando Jonás dejó de tocar, un  gran silencio se sintió por las cercanías de la madriguera.
El elefante que estaba rascándose la trompa contra un árbol se acercó y le dijo:
Yo de joven aprendí a tocar el bombo (un instrumento muy apropiado para un elefante)
Y nunca había escuchado tocar tan bien la trompeta ¡como lo has hecho tú!, tienes que ir  arriba, arriba, arriba para que te escuchen todos los animales y puedan sentir esa música y esas notas que has tocado, por cierto me resultaba conocida, cuando tocaba el bombo pocas veces podía entender lo que tocaban el resto de instrumentos (claro, el bombo hace tanto ruido, que es como para aún encima escuchar a los otros).
Jonás haciendo caso del elefante se subió por la ladera del Kilimanjaro hasta que se dio cuenta que estaba por encima del árbol mas alto que podía divisar y volvió a tocar.
Reeee re faaaa re si doooo miiii- Doo- sol- mi sooool fa re dooooo
Por supuesto que aquella vez se escuchó mucho más lejos el sonido de la trompeta de Jonás.
En aquella ocasión hasta los animales que vivían en la charca más lejana de la sabana oyeron aquella melodía.
¡Qué bonito!,
¡Qué hermoso!,
¡Qué dulce!.
¡Qué paz!,
Eran los comentarios que se escuchaban por doquier.
Jonáaaaas, sube, arriiiiiba, arrriiiiiiiibaaa, arribaaaaa – le gritaban -
Jonás subió y subió mas alto por  la montaña
Cuando llegó a la mitad, cansado y sudoroso (es que tenía que llevar la trompeta a cuestas) se sentó un rato a contemplar el paisaje.
¡Qué hermosa era la sabana donde vivía!
Desde allí podía ver el lago, la charca, el rió, y a todos los animales con el cuello alzado esperando oír su trompeta ( se había ido corriendo la noticia de boca en boca, o mejor dicho, de hocico en hocico).
Descansó unos breves instantes, recuperando el aliento.
Entonces tocó
Soool la sol miiii, soool la sol miiii, reeee re siii, dooo do soool, laaaa la dooo, si laa sool, la sol miiii, laaa la dooo, si laaa soool, la sol miiii, reeee re faaaa, re siii doooo miiii, dooo sol mi sooool, fa ree doooo.
Hasta los pájaros dejaron de volar.
Definitivamente Jonás era un virtuoso, tocaba la trompeta como nunca se había escuchado
Incluso el águila que esta encantada de echarse un suricato al pico de cuando en cuando, se quedó en su nido escuchando a Jonás tocar aquella hermosa melodía.
Tienes que subir mas alto, a lo alto de la montaña, -le dijo la lechuza-, esa es la mas hermosa canción que he oído jamás, desde allí te podrá sentir todo el mundo entero.
Jonás subió arriba, arriba, arriba, a lo mas alto del kilimanjaro.
Hacía mucho frío.
Había una cosa blanca que Jonás no había visto nunca, era agua pero de otra manera, no como la del estanque o la del río.
Allí el aire era muchísimo mas puro, aunque le costaba respirar, desde esa altura podía ver absolutamente toda África.
Distinguía el mar a lo lejos, el río de su pradera se veía como un pequeño hilito, y las nubes le tapaban parte de su hermosa sabana.
Jonás tomó mucho aire puro y de una sola sentada tocó 
Soool la sol miiii, sooool la sol miiii, reee re siiii, doooo dooo sooool, Laaaa la doooo si la sooool la sol miiii, laaaa la doooo si la sooool la sol miiii, Reee re faaaa re si dooo miiiii- Dooo- sol- mi sooool fa re doooo
Esta vez lo escucharon hasta en China, en Hawai, en Australia, toda la tierra sintió aquella maravillosa melodía.
Y aunque nadie lo crea, por unos breves momentos cesaron las guerras, los políticos dejaron de discutir, y todos quedaron "lelos" preguntándose de donde venía aquel sonido.
Jonás después de tocar, se quedó sentado sintiendo la nieve caer y lentamente bajó hacia su calentita madriguera donde lo estaban esperando todos
Al ver su éxito, decidió regresar a clases de música porque tenía que aprender a tocar alguna otra canción, sino sería aburrido tocar siempre la misma.
Al final del cuento, ¿qué canción tocaba Jonás?










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